INGREDIENTES PARA 4 PORCIONES:

200 g de arroz Basmati Riso Scotti
Agua
5 cucharadas de aceite de semillas
2 zanahorias peladas y cortadas en juliana
2 cebollas troceadas
70 g de albaricoques deshidratadas
70 g de uva pasa remojada
70 g de ciruelas pasas
1 cucharadita de canela en polvo
sal

PROCEDIMIENTO:

Lavar el arroz hasta que el agua sea clara, escurrirlo y poner aparte. Calentar el aceite en una sartén. Freír ligeramente las zanahorias y las cebollas hasta que estén blandas (unos 5 minutos). Añadir el arroz y luego verter agua hasta cubrirlo. Añadir la fruta deshidratada, después de haberla troceado. Añadir sal y canela. Llevarlo a ebullición, cubrir la sartén con la tapa, bajar el fuego al mínimo y cocinar durante unos 7 minutos. Apagar el fuego y dejar reposar 5 minutos. Servir el arroz como acompañamiento.

Kirguistán está en la encrucijada entre la Ruta de la Seda y las rutas de las caravanas que llevaban en esa zona no sólo productos comerciales, sino también diferentes culturas: romana y griega, turca y persa, árabe e india, china y rusa, que se mezclaron con la cultura y las tradiciones de Asia Central. En consecuencia, la cocina de Kirguistán absorbió elementos de todas las culturas con las que entró en contacto, aunque todavía sea posible encontrar platos que conservan su identidad original y nacional. Los platos de Kirguistán mantienen los vínculos con las tradiciones nómadas del país. Las bases de la dieta kirguiza – y de la de la mayoría de los pueblos tradicionalmente nómadas de Asia Central – son el carnero hervido, el pan redondo tostado, el arroz y el té, mezclados con leche de oveja o de caballo. A los kirguizos les gusta mucho la carne de caballo y utilizan crema agria, yogur y salchichas para aromatizar su comida. La carne es una de las partes esenciales de la cocina kirguiza, ya que la vida nómada no les permitía cultivar frutas y verduras. En Kirguistán, muchos platos tienen una importancia ritual y están relacionados con fiestas particulares. Aunque estos platos sean muy interesantes, desgraciadamente muchos de ellos se han olvidado y han caído en desuso, mientras que otros, que antes tenían un significado ritual, se están convirtiendo progresivamente en platos cotidianos. Los hombres son frecuentemente considerados los mejores cocineros, ya que mucha gente piensa que las mujeres estropean la comida que cocinan para los demás, aunque en la yurta (la casa móvil utilizada por los pueblos nómadas asiáticos) la cocina se sitúe en el lado dedicado a las mujeres. Mientras que en varias Ashkana (casas de té o cafeterías) y restaurantes los cocineros son hombres, las mujeres se encuentran más fácilmente en los locales que sirven cocina rusa o europea. Una de las características esenciales de la cocina kirguiza es que los platos deben conservar su sabor y aspecto. Por ejemplo, es poco común encontrar platos que contengan carne picada o troceada (aunque haya algunas excepciones). Además, los platos de Kirguistán suelen tener un sabor sencillo; las salsas y especias se utilizan en pequeñas cantidades y están destinadas únicamente a resaltar el sabor del plato y no a cambiarlo.